Huasteca Potosina - tips y diario de viaje
En diciembre del 2012 tuvimos la oportunidad de hacer un viaje a la Huasteca Potosina (en San Luis Potosí), lugar al que tenía ya varios años queriendo ir. Viajamos de manera independiente, por lo que hicimos nuestro propio itinerario.
Llegamos a Ciudad Valles por la mañana y ya teníamos reservaciones en el hotel D’Carmona, creo que uno de los más económicos de la ciudad, el cual es muy sencillo, pero limpio y tranquilo.
Después de descansar un rato por el viaje de Guadalajara a Ciudad Valles que duró aproximadamente nueve horas, fuimos a investigar cómo iríamos a los primeros lugares de nuestro itinerario: Cascadas de Tamasopo y Puente de Dios.
Afortunadamente a tres cuadras del hotel está una central de la línea de camiones Vencedor, que son los que van a los poblados y ciudades alrededor de Valles. Tomamos la ruta que va a Tamasopo. El trayecto duró casi dos horas y un poco antes de llegar a la central de autobuses de Tamasopo están las cascadas; diciéndole con tiempo al chofer los puede bajar en el lugar donde está la entrada.
Ese día hacía un poco de frío, pero lo bueno es que el agua de las cascadas no estaba tan fría, así que se antojaba darse un chapuzón en el agua tan limpia y transparente (lo cual fue una constante a todos los lugares que visitamos en la Huasteca). A la hora que llegamos, o sea alrededor de las doce de la tarde, ya había mucha gente, por lo que recomendaría llegar más temprano para poder disfrutar más de las cascadas.
El lugar es bonito, ideal para meterse un rato al agua, echarse unos clavados y explorar un poco el lugar. La entrada tiene un costo de 20.00 pesos y también está la opción de acampar por una cantidad extra, también hay varios lugares donde venden comida y algunos recuerditos, trajes de baño, sandalias, etc.
Saliendo de las cascadas preguntamos cómo podíamos ir de ahí a Puente de Dios y en eso iba llegando un taxi que nos dijo que nos cobraba 70.00 pesos, así que nos subimos y fuimos en camino a la aventura que nos esperaba en Puente de Dios.
Unos 10 minutos después de tomar el taxi (pasando por el poblado de Tamasopo y continuar por un camino de terracería con algunos señalamientos como referencia de hacia donde te diriges) arribamos a la comunidad de El Cafetal.
Bajamos de nuestro transporte listos para descubrir este punto del corazón de la Huasteca Potosina y antes de alejarnos más, el chofer del taxi nos preguntó si deseábamos que nos diera su número telefónico para llamarle cuando quisiéramos regresar a Tamasopo, debido a que los carros de sito únicamente se acercan al Cafetal para dejar pasaje como nosotros.
Comenzamos a caminar por el sendero flanqueado por puestos que venden pequeños recuerdos, trajes de baño para los olvidadizos, bebidas y dulces, hasta que alcanzamos unas vías de tren que llevan a la estación vieja del Cafetal. Se debe continuar por al menos unos 15 metros para alcanzar otro sendero que lleva a la zona de acampar y a una caseta de madera que sirve de entrada hacia al Puente de Dios. El costo para acceder es de 20.00 pesos por persona.
Comenzamos a descender por una serie de escaleras que llevan a varios miradores a un costado del río. Nosotros seguimos un modesto letrero de madera que señalaba el camino hacia la "Poza Azul". Dimos un rodeo a una gran roca, lo primero que uno alcanza a ver es un intenso color azul que se impone en medio del verdor de la vegetación. A medida que se avanza, ese azul va tomando la forma similar a un cenote, al cual converge una cascada de potente corriente donde el sonido del agua predomina en el ambiente.
Después de tomar varias fotografías, comenzamos a prepararnos para un chapuzón, por fortuna unos lugareños tenían cerca de la orilla varios chalecos salvavidas que rentaban (a 30.00 pesos) a los visitantes para poder nadar de manera más segura a causa de los remolinos y la fuerte corriente.
Estando listos para el agua, nos arrojamos a la poza azul que tiene aproximadamente 20 metros de profundidad, por lo cual no hay riesgo de golpear alguna roca del lecho acuático. Si no fuese por unas sogas que atraviesan el ancho de esta fosa y de las cuales uno puede sujetarse, la potente corriente arrastraría a los bañistas con facilidad. Esta cuerda hace de guía hacia una pequeña gruta, que no es otra cosa sino la parte de abajo del puente natural. Al adentrarse en este espacio puede apreciarse una cueva en donde habitan unos cuantos murciélagos, que se agitan con el ruido de las voces de los visitantes.
Ya adentrado en la obscuridad es cuando la magia del lugar sale a brote. La escena que encontramos es la de nosotros flotando en el agua y esta emitiendo un brillo proveniente de la profundidad que ilumina tenuemente el espacio; es una sensación muy especial. Seguimos la cuerda hacia un espacio más amplio para salir de la cueva y continuar el cause del río.
Después de secarnos, recogimos nuestras mochilas y empezamos el ascenso a El Cafetal. Si bien las escaleras son muchas, no hay que hacer un esfuerzo sobre humano para subir, aparte hay varias bancas de madera para descansar unos minutos.
Estando de vuelta en la comunidad, llamamos al taxista para que pasara por nosotros, pero desafortunadamente se encontraba llevando a otros pasajeros hacia Ciudad Valles. Estuvimos esperando aproximadamente media hora para ver si de casualidad llegaba algún taxi, pero nada. Ya estando un poco nerviosos porque se hacía tarde, preguntamos a la vendedora de uno de los puestos de venta de recuerditos si no sabía de alguna otra forma de regresar a Tamasopo, por suerte nos dijo que su hijo podía llevarnos por 50.00 pesos.
Así fue como pudimos regresar a Tamasopo, nos dejaron a unas cuantas cuadras del punto de salida de transportes Vencedor. Primer día: prueba superada.
Al segundo día tocó el turno de ir a Cascadas de Micos. Salimos de Ciudad Valles de una estación de los autobuses Vencedor ubicada en la calle 5 de Mayo, muy cerca de un mercado. El costo del boleto fue de 12.00 pesos y el trayecto duró aproximadamente media hora.
Nota: Cuando los autobuses son de paso y no tenemos idea en dónde debemos bajar, es importante decirle al chofer a donde nos dirigimos.
Al llegar a Micos hay una señal inconfundible: una cascada que va bajando entre rocas por el lado izquierdo de la carretera. De ese mismo lado de la cascada se deben buscar unas escaleras que dan a un pasillo que pasa por debajo de la carretera y de ahí en adelante son más y más escaleras hasta llegar a la entrada, la cual tiene un costo de 10.00 pesos por persona.
Un dato curioso es que ahora las Cascadas de Micos (nombrada así por la gran cantidad de mono araña que habitaban el área) ya no se llaman así, ahora llevan el nombre de Pago Pago (al parecer tomaron el nombre de un paraje cercano a las cascadas). Aun así, a muchos nos sigue gustando más llamarlas Cascadas de Micos.
En sí, Micos es un conjunto de pozas y siete cascadas con una caída de entre dos y ocho metros de altura las cuales son parte del río El Salto; las sales minerales originan que el agua se torne de un color azul intenso. Es el lugar ideal para practicar deportes de aventura y ecoturismo, actividades como la natación, el kayak, navegación en pangas y sobre todo algo muy especial del lugar: el salto de cascadas.
El también llamado “cascading” consiste en ir saltando las siete cascadas que se forman en esa parte del río; se puede contratar a los guías del lugar por 150.00 pesos por persona, quienes te rentan el equipo (chaleco salvavidas y casco) y dan todas las recomendaciones necesarias para tener una experiencia inolvidable y segura.
El guía que se encargó de nosotros fue de lo mejor; nos explicó puntualmente las medidas de seguridad que debíamos tener, nos amarró bien nuestros chalecos y cascos y nos indicó cómo y por dónde nos debíamos aventar. Ah y por si fuera poco, nos iba tomando fotografías (desgraciadamente mi cámara se quedó sin batería muy pronto).
En lo personal, la primera sensación al tener que saltar de la cascada fue de un poco de temor, sobre todo de que al caer al agua me pudiera pegar con alguna roca en el fondo del río, pero éste es tan profundo que no hay nada de qué temer. Entre cascada y cascada se debe ir nadando y, repito, es tan profundo que en ningún momento se toca el fondo. Por cierto, el agua estaba fría, pero aguantable.
Sin duda alguna el salto de cascadas es una actividad por demás divertida y en mi opinión es uno de los mayores atractivos de Micos; el tiempo de duración del recorrido es de aproximadamente dos horas, aunque en ocasiones se lleva un poco más de tiempo (dependiendo del grupo).
Es muy recomendable llevar zapatos para el agua, y no sólo en Micos, sino en general las actividades que se realizan en los lugares turísticos de la Huasteca Potosina tienen que ver con ríos, cascadas y pozas. Nosotros tuvimos la fortuna de encontrar unos zapatos para el agua en las Cascadas de Tamasopo por 150.00.
En fin, una vez terminada la actividad, nos dedicamos a tomar más fotografías del lugar, queríamos capturar lo mejor posible todo su esplendor. Después fuimos a los puestos de comida (tanta acción y adrenalina causa hambre) y comimos un par de gorditas con guisado.
Para el regreso subimos por las escaleras por donde llegamos y salimos a la cascada que se encuentra a un lado de la carretera. Ahí tuvimos que esperar aproximadamente media hora a que pasara una camioneta de transporte colectivo que iba a Ciudad Valles.
Estábamos apurados porque se nos hacía tarde para llegar a tiempo a nuestra siguiente aventura: el Sótano de las Golondrinas.
Continuará...